lunes, 25 de enero de 2010

PLAYBOYS LOS DE ANTES.

En la Sullana que me tocó vivir deseo recordar a aquellos jóvenes que seguro aún recuerdan las jovencitas de nuestra época. Aquellos galanes que arrasaban con las chicas y a los que les llovían las muchachas (no tanto como el diluvio de 1993, pero sí una lluvia de goterones, un chaparrón). Son aquellos muchachos que hoy frisan los 50 años. En la Sullana de entonces más segura (uno podía dejar la puerta abierta sin que desvalijaran tu casa. Varias veces perdí mi llave y para no molestar a mi mamá a mi regreso, dejaba la puerta junta con una silla detrás) asistíamos a las fiestas con luces sicodélicas. Los cumpleaños eran fiestas obligadas con esas luces. Se fumaba cigarrillos dexter junior y premier desde tercero de media. Algunos fumaban otros cigarrillos de esos que te producían una alegría dura y dera. En las fiestas con luces las sonrisas aparecían fantasmales, adornadas con un tono blanco azulado y muy brillante. Algunas vestimentas refulgían con tonos demoníacos también. Y cuando se bailaba "Slade en vivo" en locales llenos, las paredes sudaban la gota gorda por unos fenómenos físicos enigmáticos que después sólo algunos nos animamos a investigar y a resolver para paz de nuestras almas curiosas.
Hubo fiestas en un local de la calle Córdova, en un local de la librería "Cultura" en el segundo piso, en la calle Bolívar, en la calle Sucre y otros antros más.
Como receptores de diluvios mencionaré a Ricardo Benites, Omar Valdez, Coco castillo, Mickey Agurto, Lucho garrido. Realmente su suerte era envidiable. Eran buscados por las mejores hembritas, vivos o muertos, para ser parejas de promoción, para conversar tonterías en el parque, o sólo para que se rían. Eran los patas que nunca verías dando vueltas (para cruzarse adrede con las chicas target) al parque como hacíamos los humildes mortales. No, su asiento VIP era frente al Venecia, con las mejores evitas.
Omar era jugador de fútbol, criollo, trompero, gran amigo; Ricardo era nuevo en el barrio, apareció tarde pero la fama le llegó de súbito. Yo he sido testigo de comentarios de chiquillas tales como: "Ricardo, dice Elba que quiere que le enseñes a chapar" (besar). Es decir, a Ricardo lo veían como un Amauta. Mickey era un "mátalas callando", solapa nomás. Gran músico, muy seguro de sí mismo, cantante, bailador de marinera. Coco Castillo era un dictador de la moda, gran amigo, sobrio en el vestir, un dandy para la época. Lucho era un gran muchacho, buen cantante, hubo una época, antes de que se fuera a Lima, en que cantaba canciones en inglés con los ojos cerrados. Portento que hacía abrir los ojos a las nenas. Todos eran altos.
Así que si alguno de los jóvenes de hoy hubiese vivido en nuestra época ya saben los requisitos para triunfar con el sexo opuesto. Buena talla, sonrisa beckámica, seguridad, elegancia en el vestir, y cualidades extras (saber bailar, cantar). Todo por el módico precio de la mejor hembrita.

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